El gas de Ozono es un gas tóxico que al entrar en
contacto con la superficie terrestre hace un daño considerable en los seres
humanos, al punto en que aumenta el riesgo de muerte por enfermedades
respiratorias según una investigación publicada por medio de “New England
Journal of Medicine”.
En las capas altas de la atmósfera, este gas es un
componente natural y actúa como protector de nuestro planeta, para evitar que
lleguen a él la radiación de los rayos ultravioleta, lo que se puede asociar a
un beneficio para nosotros. Sin embargo, no es así cuando se encuentra presente
en la superficie terrestre, pues ocasiona un daño a largo plazo que se torna
pernicioso para la salud del ser humano.
Esta situación es irónica pues el mayor afectado es el
principal causante de este hecho: el hombre. El gas que se encuentra en la capa
más bajas de la atmósfera es consecuencia del uso de tubos de escape de
vehículos y los residuos tóxicos que provienen de las fábricas e industrias.
Estudios demostraron que tras un día en el que se
alcanzaban altos índices de ozono había más casos de ataques cardíacos y
asmáticos, pero no habían analizado el impacto sobre la mortalidad de la
exposición al ozono a largo plazo. Y por ello, llevaron a cabo durante 18 años
un seguimiento a 450.000 personas mayores de 30 años y habitantes de 96 zonas
metropolitanas de Estados Unidos y dio como resultado que las muertes que se
produjeron fueron 48.884 por causas cardiovasculares y 9.891
por enfermedades
respiratorias con mayor concentración de gas de Ozono en los lugares donde
residían los fallecidos. Como conclusión llegaron a que existe un mayor riesgo
de muerte en las áreas con mayor concentración de ozono. Este afecta
directamente en las enfermedades respiratoras y el material particulado en al
aire (polvo, hollín) en las enfermedades cardiovasculares.
Cuando el nivel de concentración de ozono se acrecenta
en 10 partes por mil millones, el riesgo de muerte por causas respiratorias
aumenta en 4%, por neumonía o enfermedad obstructiva crónica.
Los niveles de ozono recomendados por la Agencia de
Protección Ampiental de Estados Unidos (EPA) son de 75 partes por mil millones.
Sin embargo, en las zonas cercanas a Los Angeles y Houston, donde hay bastante
sol, los niveles oscilan entre 62,5 y 104 partes por mil millones.
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