viernes, 5 de julio de 2013

Presentación de Premio Nobel de La Paz: Jean Henri Dunant

Indudablemente el reconocimiento del Premio Nobel es digno de estar orgulloso de quién lo posea, esta distinción tiene sus orígenes gracias al sueco Alfred Nobel, nada más ni nada menos que el inventor de la dinamita. Este homenaje se adjudica a personas que aporten en diferentes aspectos al crecimiento de la humanidad, ya sea en Literatura, Ciencia, Medicina y/o promoviendo La Paz. El Primer Nobel se hizo conocido con la entrega al sueco Jean Henri Dunant el 10 de enero de 1901, dando paso a formar esta tradición de entregar cada año un galardón a personajes por sobresalir en las materias ya nombradas. A continuación profundizaré sobre la vida y obra de este personaje que marcó un hito en la historia del Nobel.
I.             Biografía: Jean Henri Dunant tuvo carácter para ayudar a su prójimo dándose a conocer como una persona empática ante el sufrimiento de pobres y enfermos.
Jean Henri Dunant, nació el ocho de mayo de 1828 en Ginebra, Suiza. Fue el primero de cinco hijos de una familia rica y considerada. Desde niño tuvo carácter para ayudar a su prójimo dándose a conocer como una persona empática ante el sufrimiento de pobres y enfermos. Tuvo la influencia de su padre quien participaba activamente en el Trabajo Social ayudando a huérfanos y presos liberados y de su madre quien se preocupaba de auxiliar a enfermos y pobres.
Dunant creció en el período de Despertar Religioso conocido como el Réveil y pasó mucho de su tiempo libre ocupado en visitas a la prisión y trabajo social. Después, permaneció como empleado del Banco en 1853 con la convicción de que tenía el deber religioso de usar su capacidad para triunfar en los negocios y así poder usar este talento y riqueza en favor de los necesitados. Siempre tuvo una gran capacidad para promover mejorías y sobresalió por su liderazgo innato, cada proyecto que lanzaba o se le ocurría finamente resultaba, fue así como dos años más tarde, en 1855 sugirió fundar una asociación religiosa la Alianza Mundial de Asociaciones Cristianas de Jóvenes (Y.M.C.A por sus siglas en inglés), cuyos delegados se reunirían cada año, en otro país de acuerdo a un turno establecido. De esta suerte, su primera conferencia fue en París, Francia en agosto de ese año. Aportó una contribución valiosa para esta asociación y fue así como se convirtió en el poderoso movimiento mundial que es hasta la actualidad.
II.           Contexto histórico: La Batalla de Solferino fue el impulso de Jean Henri Dunant para materializar sus intentos por mejorar la calidad de vida de su país y el mundo.
Dunant entregaba lo mejor de sí, para poder cumplir el objetivo que desde pequeño tuvo, es por ello que decidió viajar a Francia a hablar directamente con el Emperador para hacer valer sus ideales. Llegó a Solferino el 24 de junio de 1859, el mismo día en que hubo una batalla entre los ejércitos austriaco y franco-piamontés que combatían en la guerra italiana, la cual sería el impulso para materializar sus intentos por mejorar la calidad de vida de su país y el mundo. Dunant, al ser un hombre tan sensible ante el dolor ajeno, se horrorizó al ver lo inadecuado de los servicios sanitarios militares y la agonía que sufrían los heridos durante la batalla. Por ello, decidió utilizar su influencia y astucia y luego de numerosas gestiones logró en 1864 sentar las bases de la Cruz Roja, esta entidad que se dedica a atender y darle un buen cuidado a los enfermos, en ese tiempo de guerra y hoy en día de todo tipo de personas que lo necesiten. Junto a representantes de 17 países diferentes y dio paso a esta noble institución que ayudaba a todo ser que lo necesitara sin distinción de nacionalidad, raza, religión, etc. En su intento por abolir todo el sufrimiento del que había sido toda su vida espectador. La Cruz Roja adoptó los colores de la bandera de Suiza, pero invertida, es decir, el fondo blanco y la cruz por supuesto roja. Este hecho con el que culminó su vida lo hizo llenar el vacío que siempre tuvo y que sólo con este acontecimiento logró llenar, pues desde muy pequeño fue parte del sufrimiento que era parte de su país y del mundo entero, cada vez que tenía la oportunidad de ayudar a alguien lo hacía sin juzgarlo.

III.- Aportes: Primer Premio Nobel de La Paz: “En este siglo XIX, acusado de egoísmo y de frialdad, ¡Qué señuelo para los corazones nobles y compasivos, para los ánimos caballerescos, retar los mismos peligros que el guerrero, pero con una misión de paz, de consolación y de abnegación, totalmente voluntaria!”
Por este hecho logra se convertirse en el merecedor del Primer Premio Nobel de La Paz  en 1901, por su incesante labor social y su personalidad altruista que desarrolló a lo largo de toda su vida. Su obra fue un ejemplar que sin duda ayudó a la humanidad pues desde 1864 hasta ahora esta institución posee prestigio e indudables reconocimientos por la ayuda que imparten a quien lo necesita, en cada miembro de la Cruz Roja vive Jean Henri Dunant y sus ideales, su interés por hacer de este mundo un lugar sin sufrimiento e igualitario. Cabe destacar que esta iniciativa nace por la influencia de sus padres pero es aún más importante señalar que luchó incansablemente porque no sólo quedara como influencia sino que tuviera algo tangible que demuestre que su vida no fue en vano.
En conclusión, puedo señalar que desde que Jean Henri Dunant nació tuvo al alcance de su mano la posibilidad de ayudar a quien lo rodeaba por la influencia de sus padres, quienes se satisfacían ayudando a todo el que lo necesitaba. Es por ello que más tarde desarrollando su astucia e interés por crear una asociación que plasmara todos sus intereses germina la Y.M.C.A. Este acontecimiento no fue suficiente, pues continuaba trabajando con el objetivo de hacer aún más por el prójimo y al ser testigo de las malas condiciones sanitarias de las que padecía su ciudad y específicamente en la Batalla de Solferino. Nace la idea por sentar las bases de la Cruz Roja, esta institución que se dedicó y se dedica a ayudar a enfermos en los primeros auxilios, en accidentes, son el primer auxilio que tiene un herido o enfermo sin discriminarlos por edad, religión, raza, etc. Su espíritu altruista lo hace merecedor en 1901 del Primer Premio Nobel de La Paz.
Personalmente, puedo manifestar que este renombrado personaje hizo una gran labor intentando ayudar a quienes no son ayudados por el poder. Un hombre que sólo poseía astucia y mucha empatía fue capaz de lograr mucho más de lo que puede lograr incluso un gobierno actual, por ejemplo. Seres como él ya son casi inexistentes en la actualidad, pero debemos agradecer que existió así como tantos que también hicieron grandes cambios en favor de la Paz Mundial. Si todos tuviéramos un poco de este aspecto que poseen estos personajes que ayudan a todos sin importar que haya recompensa de cualquier tipo, este mundo sería mucho más humano y no existirían tantas desgracias y desigualdades como las que presenciamos cada día.
Finalmente, sería bueno dar a conocer a todo tipo de personas, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores la ejemplar vida y obra de Jean Henri Dunant que sólo los que nos dedicamos a estudiar sobre él sabemos lo que logró, ya que su nombre no suena en la memoria de todas las personas. Se debiera saber sobre él, quien aportó trascendentalmente a esta humanidad con la creación de esta reconocida y necesaria institución, que al fin y al cabo fue completamente necesaria y que hasta 1864 nadie había considerado como problema social y que sólo este hombre pudo ser capaz de visualizar y, por supuesto, mejorar.




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